Cuando sobrevivir parecía imposible, él lo logró.
Leon Leyson fue un hombre verdaderamente excepcional y un talentoso maestro. Siempre le estaré agradecido por haber brindado su testimonio a la Fundación Shoah. Lo preservaremos a perpetuidad, para inspirar a las próximas generaciones con su notable ejemplo de vida. El mundo no será el mismo sin él, pero tenemos la fortuna de tener sus memorias, que acompañan su testimonio oral.