Cuánta razón tenía el poeta que dijo que la culpa es mágica. Si miro este cuaderno boscoso con sus entramadas, claros de luz, lobos, caperucitas, canastas de comida y toda su hambre, no puedo dejar de reconocer todo lo que se urdió a la sombra redentora de sus pecados en floröáArtemisa tiene unos tiernos ¿cuatro? años cuando despierta junto a sus padres, que hacen el amor. Y ellos la incorporan, con alegría tripartita, al goce. Al morir sus padres, el padrino y tutor de la núbil mujercita va guiándola, con amor, sabiduría y sutileza, al encuentro de sus sensaciones, de su erotismo, del placer... Por él descubrirá, lo mismo que con los otros lobos y caperucitas que se cruzan en su camino, que en realidad en todo corazón habita un bosqueö y que el amor es el sentimientos más vorazö.áArtemisa se vuelve así una joven libre, llena de ansias de explorar, y satisface yéndose a un enclave turístico lleno de playas, sol, amantes y el encuentro con las delicias de la buena mesa. Artemisa aprende esos secretos y otros muchos, desarrolla sus talentos, inventa, innova, explora, y eso la lleva a ser una destacada chef y a abrir su propio restaurante de especialidades carnívoras: Corazón e Lobo.