Esta edición de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola quiere ser una colaboración concreta a los deseos del Papa Juan Pablo II, que en el cincuenta aniversario de la encíclica Mens nostra de Pío XI sobre los ejercicios espirituales.áAhora bien, una edición del texto de los Ejercicios ignacianos para el gran público presenta dos dificultades: San Ignacio no los escribió para leerlos de corrida, sino como apuntes y normas esquemáticas para que «el que da los ejercicios» ayude mejor «al que se ejercita». No se tome, pues, este libro como libro de lectura, sino como cuaderno de notas orientadoras para seguir a Cristo más de cerca.áEn segundo lugar, bajo la sequedad de su corteza exterior, el texto ignaciano abunda en latinismos, expresiones arcaicas, terminología de la época, etc.