Los antros del narcotráfico necesitan crueles mercaderes de la muerte que se comunican crípticamente. Se trata de un idioma singular (jerga especializada, funcional y metafórica) que resulta imperioso conocer o, al menos, transitar, para entender el fenómeno social de la droga. Para una búsqueda profesional, didáctica, personal o familiar tanto ágil como actualizada, así como técnica y documentada, se compilaron voces alfabéticamente -sin pretender una visión lexicográfica, totalizadora y purista sino práctica, vital, cotidiana- para recorrer el complejo espectro de un submundo naturalmente mutante, esquivo, clandestino, peligroso. ¿Cuál es el daño individual que provocan las sustancias toxicomanígenas? Las estructuras más sensibles (o vulnerables) a la acción de los tóxicos son las enzimas o fermentos que se interfieren o destruyen por la acción voluntaria (adicción) o involuntaria (accidente). Cuanto más importante resulte una parte proteica (apoenzima) en la función total de la célula, más precoces serán sus efectos nocivos. La acción tóxica es, sustancial y primariamente, una lesión bioquímica. En la drogadicción, el fenómeno biológico consiste en que las células orgánicas se adaptan a vivir bajo los efectos de las drogas, a las diversas alteraciones y cambios patológicos que engendran, tanto mentales como físicos. Los sociólogos que abordan el tema sostienen: ´Hay tantas drogas como drogadictos´. Desde los remedios naturales la ciencia buscó curar con las drogas, mitigar el dolor. Muchas obran con tremenda energía (como los alcaloides). Según sus dosis, serán medicina o veneno. El hombre, luego, les dio un laberíntico destino: había nacido la pandemia de la drogadependencia contemporánea.