Nos complacemos en participar a quienes consulten este Diccionario, que no están sólo ante una edición actualizada y aumentada de la anterior, sino que ésta es una obra totalmente reelaborada, enriquecida, mejorada, revisada y corregida, en la búsqueda permanente de que la información preste verdadera utilidad. Un diccionario es, necesariamente, una obra en continua renovación. El Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española, cuya vigésima segunda edición ha sido impresa en octubre de 2001, y que ha incorporado importantes novedades que en la técnica lexicográfica se han producido en los últimos años, ha sido el modelo por excelencia. Las definiciones que hemos reproducido las hemos transcripto casi literalmente, sin caer en la tentación de adaptaciones ni interpretaciones, el orden alfabético está dispuesto ´de acuerdo con el orden latino internacional... Las voces que contienen las combinaciones ch y ll se sitúan en sus lugares correspondientes dentro de la c y la l, respectivamente, con un encabezamiento (CH y LL) que recuerda su condición convencional de letras del alfabeto español´, las distintas acepciones incluidas en cada entrada han sido separadas con dos barras verticales ( ). Mucha importancia se ha otorgado a las voces y locuciones latinas, por la frecuencia con que se las suele usar en las obras jurídicas y en los escritos judiciales y porque el Derecho Romano constituye no sólo la base de toda educación jurídica sino también un medio de referencia para las instituciones y las fuentes del Derecho, de la historia y de la política. Rudolf von Ihering ha expresado que ´en el fondo, como en la forma, todas las legislaciones modernas (excepto la inglesa) se basan en el Derecho Romano... así como nuestro pensamiento jurídico, nuestro método, nuestra forma de intuición y toda nuestra educación jurídica´. Numerosas son, pues, las expresiones latinas que han sido seleccionadas y cuidadosamente elaboradas, para lo cual han sido consultadas las mejores obras, nacionales y extranjeras, además de los clásicos de toda la época romana. Para las palabras latinas que pueden escribirse con i o con j (v.gr., ius o jus, iudicium o judicium) hemos utilizado la grafía con i, igual que el Diccionario de la Real Academia Española.