Durante casi 2 años serví con el capitán Alatriste en las galeras de Nápoles. Por eso hablare ahora de escaramuzas, corsarios, abordajes, matanzas y saqueos. Así conocerán vuestras mercedes el modo en que el nombre de mi patria era respetado, temido y odiado también en los mares de levante. Contaré que el diablo no tiene color, ni nación, ni bandera; y como para crear el infierno en el mar o en la tierra, no eran menester más que un español y el filo de una espada.