El comentario con el cual quiero iniciar este trabajo es que todas las personas que trabajan tiene vida profesional y personal: los varones, la mujeres, los mayores y los más jóvenes, los que trabajamos en el mundo de las organizaciones o los que lo hacen en cualquier otro ámbito. Además -y completando la idea-, las personas que no trabajan también tienen otros intereses que armonizar. Existe una tendencia, bastante generalizada, a pensar que solo las mujeres tenemos que conciliar vida profesional y personal. No es así. Otra confusión, frecuente, es pensar que vida personal es solo la familia. Dentro del concepto vida personal se encuentra incluidos una serie de aspectos diferentes, como se verá en detalle en el Capítulo 1, desde los intereses espirituales hasta los deportes y hobbies. La temática relacionada con las personas en su contexto laboral la he abordado en diversas obras, considerando muy diferentes ámbitos y circunstancias. En Mujeres, trabajo y autoempleo, así como en Mujer y trabajo, me he ocupado de la mujer que trabaja, de la mujer en su rol de jefa y/o líder, sin un enfoque de género, solo describiendo la situación y brindando algunas sugerencias. También he pensado en la mujer que dejó de trabajar frente a la maternidad y que luego de un período de tiempo decide reingresar al mercado laboral. En una obra posterior titulada Comportamiento organizacional, de la serie Recursos Humanos, con el doble propósito de apoyar a los especialistas en el tema y, además, servir como libro de texto, me he referido al comportamiento de las personas en el trabajo desde dos ángulos: el poder en las organizaciones, que incluye el comportamiento de los supervisores y directivos, y el comportamiento de los individuos en las organizaciones. Se describieron las distintas situaciones relacionadas con los diferentes roles.