Una de las características de los niños es su sencillez y sinceridad, en su conducta y en sus conversaciones. Queda patente en las peticiones que hacen al Niño Jesús, cuando una profesora les pide que las pongan por escrito. Algunas de ellas parecen simples y no lo son, más bien muestran sus deseos e inquietudes, así como su confianza en Jesús y la hondura y grandeza de sus pensamientos, deseos, propósitos e inquietudes, por así decirlo ´nada infantilesö.He procurado interpretarlas y responderlas con un contenido breve y a la vez en consonancia con la teología católica, de manera que les sirva a ellos lo mismo que a sus padres y hermanos.No seria extraño que algunas de esas peticiones o cuestiones planteadas a Jesús Niño, representen también una inquietud personal de nuestra infancia o quizá del presente. Lógicamente las respuestas y comentarios no son la única solución, pero bien puede ser una de ellas. Solamente Dios conoce a fondo lo que hay en los corazones de los hombres sin importar la edad y circunstancias personales.