La palabra ateneo viene del término griego ateneo, que designaba el templo de Atenea en Atenas -Atenea era la diosa griega de la sabiduría, la inteligencia, el ingenio y las artes. Aunque contaba con atributos para la guerra, no le agradaban las batallas, prefería el arreglo de los conflictos por medios pacíficos-. En ese templo los poetas, oradores y filósofos compartían sus obras. Por esto el término ateneo pasó de nombrar un templo a designar cualquier institución literaria o científica.
En la Roma antigua, el ateneo era el lugar destinado al estudio de las artes y las técnicas. Por extensión, en la actualidad, el término ateneo tiene el sentido de institución donde se cultiva el conocimiento y el aprecio por las artes y, dichas instituciones, se asocian con el progreso intelectual y espiritual del ser humano.
Los antiguos ateneos se fundaron sobre la premisa de que la cultura hace la paz. Así, el intercambio de ideas, la enseñanza y el aprendizaje pasaban por diferentes peldaños antes de alcanzar su cima: el entendimiento pacífico entre los ciudadanos.
Si entendemos la educación como arte moral, razonamiento científico y sabiduría práctica que extiende los límites de la libertad y permite a las personas enriquecerse y enriquecer a quienes las rodean, entonces, el objetivo de un nuevo ateneo seguirá siendo transformar a las personas para que ellas transformen el mundo de manera favorable.
Desde los primeros ateneos se sabía que el ser humano nunca está completamente hecho, sino en continua marcha, perfeccionándose de un modo inacabable. El sujeto de la educación es u construcción por hacer, para alcanzar los más altos niveles de existencia y satisfacer todas las necesidades de su espíritu.
La persona se perfecciona en comunidad, se ve en sus semejantes y en ellos y con ellos descubre su destino. Al mismo tiempo, la comunidad social también se perfecciona en el respeto del individuo. La valoración de la persona es indispensable para equilibrar las partes con el todo.
En la medida en que tú estudies y te prepares, serás más capaz de elegir quién quieres ser y de transformar favorablemente el mundo en que te tocó vivir. Por ello, en Editorial Santilla, con esta serie para la educación secundaria, queremos revivir el espíritu del Ateneo y brindarte las herramientas necesarias para que seas capaz de identificar a la ciencia como un proceso histórico y social, que ha impactado la vida del ser humano en general y la tuya en particular.
Mediante el trabajo por proyectos, junto con tus compañeros de grupo y tu profesora o profesor participarás de manera activa en la promoción de la salud y del cuidado de tu medio ambiente, lo cual lograrás reflexionando en tomo a la información que obtengas, no sólo en el libro, sino en las diversas fuentes a las que tendrás acceso. Así que, bienvenido al Ateneo.