La fábrica de chocolate es ya de Charlie, quien se dirige, junto con su familia y el señor Wonka, a reconocer sus nuevas posesiones. Utilizan un vehículo muy especial: un Gran Ascensor de Cristal dotado de los medios técnicos más avanzados, pero el Gran Ascensor entra en órbita y Charlie deberá enfrentarse a múltiples peligros y aventuras espaciales.