La sociedad capitalista, cuya existencia depende de la explotación del trabajo asalariado y de una desenfrenada carrera en pos de la concentración de la riqueza, la propiedad, la producción y el poder político, entró hace décadas en una intensa y suicida fase de destrucción de la naturaleza que, por supuesto, amenaza la extinción de la especie humana. En esta fase, conocida como globalización neoliberal, el imperialismo despliega todos los mecanismos de su sistema de dominación múltiple para evitar la emancipación de la humanidad.