La acuarela es uno de los medios pictóricos que mejor aceptación tiene entre los aficionados. Su utilización es cómoda, rápida y sobre todo limpia, ya que se usa el agua como disolvente. La pintura con acuarela no es fácil y requiere atención en su proceso, ya que se basa en la transparencia y en la veladura a partir de la adición de color al blanco del papel.áLa técnica de la acuarela no sólo requiere oficio en cuanto al conocimiento del medio; puesto que se trata de un procedimiento muy transparente, el dibujo es una de las principales herramientas que debe dominar el acuarelista. Antes de iniciar la pintura, el planteamiento lineal del cuadro debe estar solucionado al completo, sin aportaciones de sombra, y con la máxima claridad posible en el trazo, para evitar cualquier ambigüedad que pudiera presentarse en el posterior colorido. En otras técnicas opacas, un error se puede solventar con cierta facilidad, pero con la acuarela esto no es posible, ya que cualquier corrección de color deja ver todas las capas inferiores más oscuras. A pesar de la complejidad de corrección de la acuarela, su pintura no es irreversible; se puede corregir y borrar con cierta práctica.áEn este cuaderno se presentan diferentes propuestas de ejercicios, a través de los cuales el aficionado podrá desarrollar nuevas técnicas en los principales temas pictóricos: el bodegón, la figura y el paisaje. La complejidad de los ejercicios es variable, por lo que cualquier persona, independientemente de su nivel artístico, podrá encontrar ejercicios que le proporcionen avances tangibles.
