La oración es oxígeno y alimento de la vida espiritual. Jesús mismo rezaba y enseñó a sus discípulos a orar.á¿Cómo podemos mejorar la oración personal; cómo hacerla más rica, más plena y más profunda?áEl autor ha preferido no hablar mucho sobre la oración. Más bien nos ofrece un plan de crecimiento interior, llevándonos como de la mano, con sugerencias prácticas y claras para encontrarnos con Dios.